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¿Ciencia? ¿Tecnología? ¿Innovación? Comunicación

El Centro Nacional de Biotecnología (CNB) acogió hace unos días una jornada temática sobre transferencia tecnológica, emprendimiento y fomento de la innovación, enmarcada en la V edición del Global Entrepreneurship and Innovation (Global I+T). Mucho se habló sobre los retos que tienen por delante los investigadores, los gestores, los reguladores, los evaluadores, los políticos… Conclusiones hubo muchas, entre ellas una que interesa especialmente a los objetivos de la AcB: debe mejorar la comunicación en el sector para que éste progrese mejor.

Y es que, como explicó Juan Gómez, uno de los ponentes, buena parte de las barreras que dificultan el paso del laboratorio al mercado, de la investigación a la sociedad, del primer escalón al último, pasando por los de en medio, son los problemas de comunicación entre los diferentes agentes del sector biotecnológico. Juan, que es periodista de formación, sabe bien de lo que habla. Ahora es responsable de comunicación en la Fundación Cotec para la Innovación, pero antes hizo, entre otras cosas, labores similares en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), estuvo en el gabinete de comunicación  del extinto Ministerio de Ciencia e Innovación, trabajó diez años en medios de comunicación y estuvo dos años en un laboratorio farmacéutico . Su conclusión la compartimos desde la AcB: aún se hablan diferentes idiomas. Investigadores, oficinas de transferencia de conocimiento, reguladores, empresarios, inversores, gestores, etc., no se entienden todo lo bien que deberían.

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Ana Sanz, responsable de Transferencia del CNB; Juan Gómez, dircom de Cotec; Javier Extabe, de la Oficina de Transferencia del CSIC, y Daniel López, investigador del CNB, en la charla que ofrecieron en el Global I+T.

¿Por qué no se entienden los diferentes agentes? Una respuesta sencilla podría ser porque persiguen objetivos distintos. Cierto, pero sería quedarse en la corteza. Aun buscando metas diferentes, podría (y debería) darse el entendimiento.  En ocasiones no se hablan. Y, cuando lo hacen, no siempre es con éxito. Si el científico supiera dirigirse al empresario (o tuviera un intermediario adecuado para que lo hiciera por él), si la oficina de transferencia tecnológica hablara y actuara poniéndose en la piel del emprendedor, si el político se hiciera entender, si la sociedad comprendiera las motivaciones de uno y otro…Quizá el camino sería más sencillo.

Comunicar no es hablar con el de enfrente. Es llegar a él. Hacerse entender. Lograr que el mensaje cale, y esperar un proceso bidireccional. No es sencillo. A modo de ejemplo, valgan los datos que expuso en la jornada Jaime del Barrio, consultor de salud en Ernst & Young (y socio fundador de la AcB): sólo el 2 por ciento de proyectos presentados en busca de financiación para desarrollarse consiguen los fondos. ¿Por qué? Proyectos presentados a un inversor equivocado, mal explicados, planes de negocio poco trabajados, equipos directivos que no empatizan ni transmiten confianza, destinatario mal elegido… No sólo importa el fondo, también las formas. Si la idea no es buena, se queda por el camino. Pero, aun siendo buena, si no se comunica correctamente, tampoco llegará a buen puerto. Como dijo Jaime, “no hay malas ideas, sino proyectos mal realizados y explicados”.

La teoría está clara, pero la práctica no tanto. ¿Cómo solucionar estas barreras de comunicación que dificultan el avance de la innovación biotecnológica? Lo primero: hablando se entiende la gente. Los diferentes agentes deben compartir tiempo y espacio. Cada actor (centros de investigación, fondos de capital riesgo, agencias reguladoras, gobiernos nacionales y autonómicos, empresarios…) debe tener profesionales encargados de entenderse con los demás en cualquier situación y en todo momento. Estos profesionales deben tener relación y ser proactivos, no sólo esperar a que surja una necesidad. Deben ser la punta del iceberg de todo el trabajo técnico de cada agente, para que éste se conozca, se explique y llegue a todo aquel que participe del proceso de innovación. Todos deben conocer las reglas del juego, el campo en el que se compite y a los jugadores de cada equipo. Perfiles como el de Juan Gómez, que ha tocado casi todos los palos de la comunicación, o el de Jaime del Barrio, que ha visto de cerca casi todas las fases de la I+D+i, deben velar por una buena comunicación en biotecnología. Seguimos en ello.

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jose a plaza
japlazajaplaza@gmail.com