08 Mar Biotecnología para la agricultura
Pocas actividades tan esenciales para el ser humano como la agricultura, que supone proveernos de alimentos. La historia empieza precisamente cuando la especie se fija a un territorio y vive de la agricultura. Antes era cazadora / recolectora y nómada, y a partir de un momento se hace sedentaria, cultiva la tierra, y comienza a “asegurar” su alimentación.
La biotecnología siempre ha tenido que ver en la actividad agrícola, incluso considerándola avant la lettre y pre-científica, con los cambios humanos producidos adrede en las plantas. Ahora la biotecnología vuelve a tener que decir.
La agricultura afecta al medio ambiente y a la calidad del suelo. La Unión Europea (UE) vigila y legisla para limitar los efectos nocivos de la actividad agrícola sobre el medio ambiente y limita las prácticas que pueden tener malas consecuencias sobre el suelo y sobre los productos agrícolas.
Nuevo reglamento europeo
En 2022 entró en vigor un reglamento agrícola de la UE que, entre otras cuestiones, fomenta los bioestimulantes y fija límites para contaminantes presentes en los fertilizantes, tan usados en los cultivos. El reglamento define los bioestimulantes como sustancias y/o microorganismos cuya función es la de estimular los procesos naturales que mejoren o beneficien la absorción de nutrientes, la eficiencia de los mismos, la tolerancia al estrés abiótico (causado por factores ambientales que alteran los procesos fisiológicos y metabólicos de las plantas) y la calidad del cultivo.
La utilización de bioestimulantes propicia un menor uso de fertilizantes, lo que contribuye al cumplimiento de uno de los principales objetivos de la estrategia de la Unión Europea: reducir su utilización en al menos un 20 % para el 2030.
El uso de bioestimulantes es casi tan antiguo como la agricultura misma. Desde siempre, los agricultores han tratado de maximizar sus cultivos mediante productos naturales que ayudasen a mejorar sus cosechas. Tradicionalmente se han utilizado bioestimulantes como estiércol o extractos de algas para conseguir cosechas de mejor calidad y dar solución a problemas como falta de humedad, poca luz, desfases de temperatura, que pueden provocar pérdidas en su valor.
Bioestimulantes de microalgas
La plataforma de biotecnología vegetal Biovegen reúne a entidades con interés en la innovación vegetal e impulsa diversos grupos operativos, entre ellos MICROCLIMATT, en el que participan ALGAENERGY (biotecnológica encargada de la producción de los bioestimulantes), IMIDRA (Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario), IBVF (Instituto de Bioquímica Vegetal y Fotosíntesis), CEBAS (Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura)-CESIC, ASAJA (Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores) y Biovegen.
El proyecto está probando la eficacia y resultados de bioestimulantes de microalgas en la lucha contra los efectos del cambio climático en cultivos tan importantes como trigo y tomate, con el objetivo de tener una agricultura más productiva y sostenible que no sólo responda a los intereses económicos, sino que también tenga en cuenta los efectos medioambientales y el cambio climático.
Los bioestimulantes, productos que actúan sobre la fisiología de la planta mejorando el vigor, el rendimiento de los cultivos y la calidad de los frutos, son de origen biológico, carecen de residuos, son seguros y cada vez más utilizados; por su parte, las microalgas están consideradas como una de las fuentes más prometedoras para desarrollar bioestimulantes.
Juan Carlos Esteban
JUAN CARLOS ESTEBAN
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